Merindades, Provincia Gallaecia (313-411)

La provincia romana de Gallaecia fue creada por el emperador Diocleciano en el 298 dC. Incluía los conventos bracarense, lucense y asturicense. Poco tiempo después, los límites de la Gallaecia se ampliaron en fecha y extensión indeterminada hacia el convento cluniense. En esta entrada vamos a intentar recoger toda la información disponible hasta el momento con el fin de intentar arrojar algo de luz sobre este tema.

CANTABRIA, PARTE DE LA GALLAECIA ROMANA

La antigua Cantabria prerromana es la zona que menos dudas genera al respecto de su inclusión o no en la Gallaecia romana. Son varios los autores que de forma explícita citan que Cantabria (incluyendo al menos a parte de Las Merindades) perteneció, en algún momento de su pasado a la provincia de Gallaecia.

Paulo Orosio (383-420) en su Historiæ adversus paganos (VI, 21,2) incluye a Asturias y Cantabria en la provincia galaica de su tiempo cuando se refiere a la guerra de Augusto y Agripa contra cántabros y astures: “Cantabri et Astures Gallaeciae provinciae portio sunt”.

Porfirio (s.III dC), escoliador del poeta clásico Horacio (Carmen II, 6.2), escribe: «Cantabria, quae este gens Gallaecia».

La Notitia Dignitatum (420) sitúa en la Gallaecia al tribuno de la cohorte celtíbera, destacamento militar estacionado en luliobriga, en pleno territorio cántabro. “In provincia Callaecia: (…) Tribunus cohortis Celtiberae, Brigantiae, nunc Iuliobriga».

Pocos años más tarde, San Isidoro (556-636) en sus Etimologías (XIV, 521) dice: “Regiones partes sunt provintiarum, sicut in Callecia: Cantabria, Asturias”.

Huidobro (1956) menciona que Cantabria formaba parte de Gallaecia en el momento en que los cuerpos de las santas Centola y Elena fueron recogidos por los obispos de Astorga-León de los paganos a cambio de 300 libras de oro y depositados en la iglesia de Castro Siero (Valle de Sedano). El martirio de estas santas ocurrió en el año 304 y la incorporación de Cantabria a la Gallaecia fue en el 313 dC:

“Pero en la nueva división de Constantino (emperador romano, en el año 313 dC) quedó desmembrado el mismo Obispado de León de la antigua Provincia Tarraconense, y agregado a la nueva de Galicia, la cual se compuso de tres regiones famosas, que son las de Cantabria, Asturias y Galicia. Desde este tiempo las mismas regiones, que desde Augusto estaban unidas de algún modo en el gobierno pero conservando siempre sus nombres distintos, quedaron ya más enlazadas entre sí formando un solo cuerpo de Provincia, y diciéndose Galicia todo el territorio que abrazaban.

Y con el nuevo número de Provincias establecido por Constantino quedaron mas permanentes y manifiestos los límites del Obispado de León así por la parte meridional como por la oriental, donde podían variarse con mayor facilidad a causa del diverso gobierno político a que estaba expuesta la Cantabria. Por esta causa HABIENDO PADECIDO EN LA CANTABRIA LAS SANTAS VÍRGENES CENTOLA Y HELENA, tuvo el Obispo Legionense el cuidado de recoger sus santas reliquias y de colocarlas en lugar decente como se refiere en sus Vidas, lo cual sucedió, como advirtió doctamente el M. Flórez, en tiempo de la gentilidad, no como dice el rezo actual muchos siglos después, en que las montañas de la Cantabria pertenecían a otro Diocesano. Pues todo este territorio quedó mucho más asegurado al Obispado de León después de la división de Constantino: porque no solo la misma ciudad de León quedó dentro de la Provincia de Galicia, sino también la región de los Cántabros a donde llegaba su jurisdicción Eclesiástica.

Porque no hay otra Diócesis a que se pueda atribuir el territorio de la Cantabria sin hacer un trastorno en las Provincias y perjudicar los derechos de aquella a quien tocaba como porción legitima. Porque la Diócesis de Palencia era de la Provincia Cartaginense, la de Calahorra de la Tarraconense, la de Auca (Villafranca Montes de Oca, Burgos), además de ser también de Tarragona, tiene contra sí el testimonio de los Padres de la misma Provincia en la carta que escribieron contra Silvano Obispo de Calahorra, de cuyo Obispado dicen que era el último de la Tarraconense, lo cual no sería verdad, si la Cantabria perteneciera a la Diócesis de Auca, estando aquella región más al poniente respecto de todo el territorio del Obispado de Calahorra. Así que debe tenerse por cierto, que la Cantabria, que antes de la división de Constantino, tocaba a la jurisdicción de la Diócesis Legionense, quedó adjudicada a la misma con mayor firmeza, desde que se hizo parte de la Provincia de Galicia con el nuevo establecimiento de las cosas del Imperio”.

Texto de “España Sagrada”, Enrique Flórez y Manuel Risco, 1799.

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Castro Siero. Foto de Abrigaño del Cañón.

 

¿Y QUÉ HAY SOBRE LOS AUTRIGONES?

Todo parece indicar que los cántabros formaron parte de la Gallaecia mientras que el resto de pueblos norteños del convento cluniense (autrigones, caristios y várdulos) no.

Así lo expresa el obispo de Rávena Jordanes (s. VI dC) en su obra De Getarum sive gothorum (XLIV), cuando pone como límite oriental de Gallaecia a los autrigones: “quibus antea Gallicia et Lysitania sedes fuere, quae in dextro latere Spaniae per ripani Oceani porriguntur, habentes ab oriente Austrogonia”.

En la segunda mitad del siglo V, la correspondencia epistolar entre el obispo metropolitano Ascanio de Tarragona y el papa Hilario nos muestra otro argumento en este sentido. Ascanio describe la sede calagurritana como “in ultima parte nostrae provinciae constitutus”, frase que da a entender que el de Calahorra es el obispado más al oeste de la provincia Tarraconense. Por aquel entonces el obispado “autrigón” de Oca, en La Bureba, aún no existía y de hecho se especula con que el nombramiento unilateral de un obispo en Oca por parte del obispo de Calahorra Silvano fuese el desencadenante de esta conocida crisis eclesiástica.

Esta delimitación de Jordanes entre autrigones y cántabros como pertenecientes a diferentes supraentidades es la primera mención que conocemos al respecto y supone un interesante precedente de divisiones posteriores.

¿El RESTO DEL CONVENTO CLUNIENSE ERA GALLAECIA?

El ámbito geográfico que genera más dudas entre los investigadores al respecto es el resto del convento cluniense (vacceos, turmogos, etc.).

Orosio, hablando de los límites de la provincia de Gallaecia (VII, 5,7): dice: “Numantia autem Citerioris Hispaniae, haud procul a Vacceis et Cantabris in capite Gallaecia sita, ultima Celtiberorum fuit”. Lo que traducido viene a decir: Numancia, pues, situada en el principio de la Gallaecia, no lejos de los Vaceos y Cantabros, de la Hispania Citerior, fue la última [ciudad] de los Celtiberos. El señalar a Numancia como límite oriental de la provincia galaica ha llevado a algunos investigadores a concluir que los pueblos al occidente de Numancia debían pertenecer a la Gallaecia.

Hidacio (400-469), al relatar la vuelta de Teodorico II a la Galia a mediados del siglo V, dice (Cronicón, 174) que dirigió parte de sus tropas “ad campos Gallaeciae”, lo que por el contexto (las dos ciudades atacadas son Astorga y Palencia) puede entenderse como la actual tierra de Campos.

El mismo Hidacio, al darnos el lugar de origen del emperador Teodosio alarga los límites de la Gallaecia hasta Coca (Segovia), en la provincia Cartaginense, hecho que también refleja Zósimo (460-520) en su Nueva Historia, aunque esta extensión hasta Segovia ha sido puesta en tela de juicio por varios autores, optando por ubicaciones alternativas como Hispalis (Canto, 2006) o incluso Coca, cerca de Oporto.

EN RESUMEN

Con el análisis de estos datos, los límites de la Gallaecia serían bastante más amplios que los que suelen adscribirse.

La provincia galaica que nace de las reformas de Diocleciano (298) no sólo incluyó los antiguos conventus de Braga, Lugo y Astorga sino también el de Clunia, o al menos parte de él.

Cantabria fue la región del convento cluniense con una mayor probabilidad de haber pertenecido a Gallaecia. De hecho, perteneció casi tanto tiempo a esta provincia (98 años) como Asturia (113 años) o como la propia provincia romana.

Es casi seguro que la Gallaecia no incluyó en ningún momento de su historia a otros pueblos del convento cluniense como autrigones, caristios, várdulos. Y existen serias dudas de que incluyese a los vacceos y otros pueblos de la meseta del Duero.

En el 409 llegan los suevos y los vándalos asdingos a Gallaecia estableciendo los primeros el primer reino europeo (411-585), asentado fundamentalmente en la mayor parte de la antigua provincia de Gallaecia excepto Cantabria. Nuestra zona entró en una fase de progresivo autogobierno y vuelta a modos de vida prerromanos hasta la toma de Amaya por Leovigildo en el 574. En el convulso siglo V, las provincias romanas dejaron de existir como tales a nivel político aunque conservaron su esquema general e influencia a nivel eclesiástico. Aún en el 572 el rey suevo Miro atacó la costa cántabra en un intento, según algunos autores (García y Fernández, 1998), de completar la Gallaecia creada por Diocleciano.

 

 

2 pensamientos en “Merindades, Provincia Gallaecia (313-411)

  1. Esta página de La Cantabria Burgalesa me parece excelente. No sigo ningún foro ni me manejo bien en INTERNET. Suelo indagar, no obstante, por aquí y por allá. Es la primera vez, en años de observador, que escribo. Reconozco que es una magnífica página que va tocando temas clave. Saludos Ángel

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