El afinador de campanos

Habilidad antiguamente común por zonas con ganado suelto por el monte, derivado del hecho de que los campanus venían “sin preparar” de fábrica. Entonces con la ayuda de un martillo se le iba dando una serie de golpes suaves y certeros hasta conseguir que sonase de una manera particular. “Vas dándole a un lado y al otro y ves donde mejora y donde empeora el sonido. Entonces quitas donde empeora y das donde mejora”.

Robustiano, el último campaneru de Lunada, Espinosa de los Monteros, comentaba a Elías Rubio «El sonido de los campanus no es el que yo quiera, sino el que quieran los pasiegos… los cencerros los compraba yo por ahí, por las ferias, y lo que hacía era cambiarles el sonido o las voces, porque aquí al sonido de los cencerros se los llama voces». «No es lo mismo preparar un campano para las vacas que pacen por el monte que para las que iban a mudar. Antes, a las vacas que iban a mudar se les ponían los mejores y más grandes campanos y el sonido tenía que ser también especial».

En la Aldea del Portillo del Busto (Oña), el suegro de Juan Molinuevo también hacia esto: les cambiaba el sonido a los cencerros dándoles unos golpecitos según como quisiera que sonasen.

Foto de Javier Caso.

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Puñal tipo Monte Bernorio

Se trata de un puñal genuinamente local (no importado de otros sitios de Europa), y característico de un área geográfica limitada, que coincide con la cuenca alta y media del Duero, especialmente en las zonas altas que le rodean. Su concentración geográfica parece apuntar hacia un consumo interno, por lo que no fueron objetos de comercio a pesar de su riqueza. Estos puñales han sido fechados entre los siglos V-III a.C. A partir de esas fechas, todos los pueblos de la zona experimentan un proceso de celtiberización que se traduce en la introducción de la falcata ibérica con empuñadura de hueso o la daga biglobular.

En las fotos, puñal y vainas de tipo Monte Bernorio IV encontrados en Villanueva de Teba, Montes Obarenes. Obsérvese la curiosa decoración de la parte final de la vaina.

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El poblamiento antiguo en Merindades

Este mapa recoge los túmulos y manifestaciones megalíticas encontradas hasta la fecha en el Norte de Burgos (puntos negros), con dataciones que oscilan entre el IV y el II milenio aC. Se observa una ausencia absoluta de este tipo de monumentos en toda la llanada del rio Trueba-Nela (Montija, Medina, Cuesta Urria) y zonas aledañas (Valdivielso, Tobalina).

Una distribución poblacional que probablemente se mantuvo hasta la tardoantigüedad, con una práctica ausencia de poblados castrales en todas estas zonas de las Merindades. Este es el panorama que se encontraron los romanos cuando llegaron a estos pagos.

Fuente: Miguel Angel Moreno Gallo.

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