La vivienda circular de nuestro ámbito es la evolución de la vivienda de postes del Bronce Atlántico. Aparecen en la zona de sustrato cultural indoeuropeo y de ahí parecen expandir su presencia hacia el cantábrico oriental. En el Bronce Final e inicios de la Edad de Hierro son muy escasos los testimonios conocidos de casas de planta rectangular en la meseta e inexistentes en todo el Noroeste ibérico atlántico. La cultura de Soto de Medinilla (Valladolid) constituye uno de los exponentes más tempranos de evidencia de casas circulares en todo el Noroeste, con estructuras datadas entre el 800-500 aC. y se sospecha que hunde sus raíces, a través del mundo tartésico, con el ámbito mediterráneo.
La aparición de las casas de planta cuadrangular en nuestro ámbito data del siglo VI aC, siendo anterior a la llegada de la cerámica a torno de tipo celtibérico y resultado directo de la influencia de la cultura de los Campos de Urnas (celtas hallstatticos) siguiendo como posibles rutas de penetración el Valle del Ebro o Aquitania, donde no se documentan viviendas circulares. De esto se deduce que las viviendas circulares no son celtas y que los celtas (centroeuropeos) trajeron a esta zona precisamente lo contrario: viviendas de planta rectangular. Hacia el siglo V aC todas las viviendas castreñas documentadas en el cantábrico oriental son ya de planta rectangular y así seguían siendo cuando los romanos sometieron a cántabros, autrigones, caristios, várdulos, etc.. Este urbanismo lo diferencia claramente del que se encontraron en el ámbito galaico y astur, donde las casas aún eran circulares a la llegada de los romanos.
ÁMBITO CÁNTABRO: En el castro de los Baraones (Gama, Aguilar de Campoo) se han localizado varias cabañas circulares previas a la construcción del recinto defensivo. Las más antiguas consisten en postes hincados directamente sobre la tierra, con suelo de tierra apisonada. Las posteriores tienen una estructura más elaborada con banco corrido en el interior, paredes enlucidas, suelo enlosado de cantos, hogar cercano al centro y poste central para sujetar la techumbre cónica vegetal. Datan de entre el 590 aC y 435 aC., es decir, de la I Edad de Hierro. TODOS los castros cántabros de la II Edad de Hierro excavados (La Ulaña, Bernorio, Espina del Gallego, Cildá, Cerro La Maza) y TODOS los indicios encontrados en el resto de castros de Las Merindades, presentan ya plantas rectangulares. Y a la llegada de los romanos, como acabamos de comentar más arriba, TODAS las viviendas cántabras eran rectangulares.
Profundicemos un poco también en lo que se conoce al respecto en los diferentes pueblos prerromanos vecinos al nuestro:
ÁMBITO BERÓN: La Hoya (Laguardia, Alava) es uno de los poblados mejor conocidos de nuestro ámbito, con una interesantísima secuencia cultural que abarca desde el siglo XV aC hasta el siglo III aC. Inicialmente se constata la llegada de pobladores indoeuropeos llegados de centroeuropa que toman contacto con las culturas tardomegalíticas existentes en la zona. En esta época, el poblado se defiende ya por una muralla de la que se conservan unos trescientos sesenta metros, que en un principio fue de madera, y posteriormente de mampostería. Desde centroeuropa siguieron llegando gentes que aportan nuevos conocimientos. Este poblado sufre una ocupación violenta a mediados del siglo V aC. por parte de celtíberos que toman posesión del poblado. De esta época data la reconstrucción del muro con piedras de gran tamaño, con rituales de fundación en la presencia de cuernos de ciervo entre sus hiladas inferiores. En un primer momento, el poblado se desarrolló de modo perimetral a la empalizada. Con la llegada de los celtíberos, se reestructura por manzanas de casas, con bocacalles no enfrentadas para evitar la canalización del viento, muchas de la casas estaban porticadas para evitar mojarse cuando llovía y las calles estaban empedradas. Y se deja un corredor junto a la muralla para reforzar su eficacia defensiva. Pero tanto antes como después de la llegada de los celtíberos procedentes de las montañas de Soria, las viviendas eran rectangulares. De este dato (y de otros indicios como los encontrados en el poblado de Cortes de Navarra) se deduce que las viviendas rectangulares proceden probablemente del desarrollo de una cultura de tipo Hallstatt B tardía (pero previa a la segunda invasión celta de Cempsis, Sefes y Belgas) procedente del centro de Europa que evoluciona aquí para dar lugar a la denominada cultura posthallstática ibérica que constituye el punto de arranque de las civilizaciones celtibéricas.
ÁMBITO AUTRIGÓN: El yacimiento de Soto de Bureba (Quintanaelez) es el único poblado del Bronce Final y Edad de Hierro excavado en toda la comarca de La Bureba, lo que ha proporcionado una amplia y variada información sobre la secuencia cultural y cronológica desde el Bronce Final hasta la época romana. En este castro, el único rastro de viviendas circulares se ha encontrado en el término de Los Llanos y han sido datadas en las primeras fases de ocupación del lugar (700 aC). Las viviendas más modernas encontradas en este y en otros castros autrigones son ya todas rectangulares.
ÁMBITO CARISTIO: El castro de Peñas de Oro (Alava) documenta una vivienda oval y tres circulares más antiguas. La más antigua de todas es de estructura completa de madera barro. Las otras dos circulares presentan un zócalo de piedra sobre el que se construye una pared de entramado de ramas de avellano con manteado de barro. En el poblado de Atxa (Gazteiz) coexisten viviendas rectangulares y circulares, datadas en el 550 aC, excavadas en el suelo, hechas de postes y manteados de barro. En Berreaga (Munguía, Bizkaia) se ha encontrado una vivienda semirupestre en forma de ovalo irregular datada en el 510 aC, pero en Marueleza, Navarniz, Bizkaia (350 aC) solo se documentan casas de planta rectangular.
ÁMBITO VÁRDULO: En Castillo de Henayo (Alegría, Alava) y con una cronología anterior al 700 aC aparecen casas circulares de pies derechos con ramaje manteado, poste central y suelo de tierra apisonada, pero en los grandes castros várdulos de la vertiente norte (Buruntza, en Andoain, Gipuzkoa, 390 aC; Intxur, en Tolosa, Gipuzkoa, 230 aC) solo se documentan casas de planta rectangular.
CONCLUSIONES:
Las viviendas circulares no son celtas. Entroncan con una vieja tradición de cabañas que se encuentran por toda la fachada atlántica pero que están más vinculadas con el Bronce Atlántico que con el celtismo centroeuropeo.
En el occidente cantábrico, incluida nuestra comarca de Las Merindades y el resto de la Cantabria prerromana, el cambio de casa circular a casa cuadrada se produjo sobre el 450 aC. En la zona más oriental (Los Llanos, Cortes de Navarra), ocurrió antes, mientras que en el occidente ibérico (zona astur y galaica) no llegó a materializarse, probablemente porque el influjo cultural de los Campos de Urnas (Hallstatt) y sobre todo el posterior influjo celtiberizador ibérico, no llegó de forma tan intensa.
Como consecuencia de la celtiberización que experimentó Cantabria a partir del siglo III aC, los castros cántabros en época romana tenían TODOS casas de forma rectangular. Por el contrario, en esa misma época, las viviendas de los castros galaicos y astures eran mayoritariamente de tipo circular.